Saga con-solera: The Legend of Zelda

El bueno de Cepe se hace de rogar cuando quiere, pero no podía faltar su repaso mensual a las sagas más populares (y, por qué no decirlo, las que más le gustan) de las consolas. En este caso, el escritor más videojueguil de La Nave Consular pone el broche de oro a su sección con una de las sagas más importantes de la historia de los videojuegos: The Legend of Zelda:

Cuenta la leyenda que tres diosas, Din, Farore y Nairu, crearon el mundo de Hyrule. Din dio forma al relieve y la morfología del terreno, Farore otorgó la vida a todos los animales y criaturas, y Nairu se encargó de redactar las leyes que regirían esta tierra. Cuando terminaron materializaron un artefacto que contenía la esencia de cada una de ellas, poder, valor y sabiduría respectivamente. Este poderoso artefacto se llamaba Trifuerza, y la encargada terrenal de velar por la protección de este poderoso artefacto sería la princesa Zelda, que junto al héroe legendario, normalmente encarnado por Link, se encargarían de impedir que cualquiera con malas intenciones pusiese sus zarpas sobre este artefacto. Mayormente Ganondorf, el malote más recurrido en la saga.

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Tilt to Live (iOS)

Las plataformas de comunicación móviles se están convirtiendo en auténticas recreativas en miniatura capaces de hacernos olvidar que se tratan de chismes para hablar, y cada vez más gente las utiliza en su día a día como reproductor de contenidos audiovisuales y, como es el caso que nos ocupa, como plataforma de juegos. Y es que, como a estas alturas ya habréis comprobado casi todos, el futuro de los videojuegos pasa por este tipo de plataforma, que han conseguido comer terreno a una industria cada vez más fuerte. 

Me apetece mucho hacer una entrada de los juegos que más me han gustado de esta nueva 'era de consumo digital' pero, para ir abriendo boca, os hablaré del que, de lejos, se ha convertido en mi favorito: Tilt to Live, de OneManLeft.

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Cine para olvidar

Ojalá la vida fuera tan sencilla como en "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" (Olvidate de Mi, 2004), en la que, para olvidar, bastaba con una noche de sueño profundo (con Elijah Wood dando por saco al lado). Pero no, me temo que no es así, y tenemos que recordar todo (lo que recordamos), queramos o no.

¿Y esto a qué viene? Pues a que el otro día vi un película mala, pero mala mala, de las que te preguntas si es que no hay alguien en la industria del cine capaz de decirle a un director que su film apesta, de esas que te levantas pensando en todo lo que podrías haber hecho durante la hora y media perdida con ella. En definitiva, una de esas películas por las que te convertirías en censor sin dudarlo: una película para olvidar.

Así, si es una pérdida de tiempo hacer un post sobre una mala película, estaréis de acuerdo conmigo en que esta entrada es 5 pérdidas de tiempo juntas, una por cada película que comento (alejándome de clásicos malos como "Plan 9..." para centrarme en las más recientes) después del salto:

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The Hunter (2011)

The hunter cuenta la historia de un mercenario (Willem Dafoe) contratado por una empresa de biotecnología con el objetivo de dar caza a un ejemplar del oficialmente extinto tigre de Tasmania. Para ello se instalará en una casa aislada en la Australia profunda donde vive una viuda (Frances O'Connor) con sus dos hijos pequeños.

Llegué a esta película por casualidad, pero no por mi casualidad, sino por la casualidad de Mar, que estudia veterinaria y un trabajo sobre la toxoplasmosis (una enfermedad en animales) como posible causa de extinción de especies le llevó a investigar sobre el tigre de Tasmania, y esta investigación le llevó a la película.

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Previously at Least... (Marzo)

Marzo ha sido un mes movidito para dos de los blogs en los que participo: La Nave Consular ha mantenido el rumbo a velocidad de crucero con un buen puñado de entradas, cada cual más interesante, y Miniatleast ha visto un salto cuantitativo y cualitativo en sus publicaciones de Papercraft, con la llegada de estructuras más complejas que un cubo y la construcción de una mesa, además del inicio de un grupo de entradas que promete mucha diverisión: el Juego de Miniaturas (de papel) de Minecraft.

A mediados de mes, el bueno de Cepe se sacó de la manga otro de sus artículos con solera y nos brindó Saga con-solera: Streets of Rage, una revisión del clásico de recreativas. Y, hablando de recreativas, yo mismo hice un pequeño artículo sobre ellas, esas máquinas que siempre estaban en los bares de siempre y de las que (casi) todos guardamos muy buenos recuerdos... unos recuerdos que se siguen manteniendo gracias a artículos como 'melodías pixeladas', que traen a la memoria las grandes canciones de los videojuegos que más gustaron.

Además, con respecto al cine, hago una pequeña revisión de Mamá , la película de terror producid por Gillermo del Toro que se me ocurrió ver en pantalla grande y dio para otro artículo basado precisamente en eso, en ir al cine, y en cómo resulta más barato comprar un proyector.

Por su parte, Mini At Least ha visto por sus píxeles, además de nuevos cubos de Minecraft -lapislázuli, esmeralda, redstone y bedrock- y los mobs de humano y zombie, el inicio del proyecto que me ocupará las próximas semanas: el juego de miniaturas (de papel) de Minecraft, un proyecto trabajoso que se inspira en wargames y juegos de rol varios para intentar hacer algo nuevo. Así, podréis encontrar una primera entrada dedicada a comentar el funcionamiento básico del juego y una segunda entrada en la que doy un repaso a lo que podrían ser las reglas básicas de movimiento. También, y finalizando esta parte del repaso, hay otra entrada en la que explico cómo hacer un tablero de juego.

Además, marzo también ha sido el mes de las estructuras 'complejas' que, a partir de ahora, van a aparecer más a menudo por el blog; en esta ocasión se trata de un cúmulo de rocas y de una colina con césped, que quedan genial en cualquier sitio. Asimismo, he iniciado también una sección más participativa a la que los lectores podréis enviar vuestras creaciones.

Por último, y no menos importante, marzo también ha sido el mes de dos pequeños hitos personales: mi reencuentro con el juego de cartas coleccionables por excelencia: Magic, tras la compra de un 'mazo de evento' (que es, básicamente, para principiantes... pero es que llevo mucho tiempo alejado de las cartas y creo que lo mejor será ir poco a poco) y mi primera participación en un Friday Night Magic, además  del inicio de una nueva rama hobbiesca con los Aleph de Infinity, un juego que me ha llamado bastante la atención.

Y eso ha sido lo que ha dado de sí un mes realmente largo. En abril, más.

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